Con la consciencia de tránsito no sé hacia qué lugar, pero con la necesidad de ver y avanzar hacia una luz que hasta puedo percibir con los ojos cerrados.
Soltando de la mano a personas, situaciones y hábitos que ya no sirven o que me hacen doler y siento cual peso en el centro del pecho.
Limpiar, hablar, gritar, bailar, danzar, mover y moverme desde mí pero más ligera y sin rearmarme y llenarme de apoyos que nacen de un impulso de control exigente que me hace sentir más insegura que acompañada.
En movimiento, sanando, abriendo y limpiando.
Bendita sabiduría la del cuerpo, la de mi cuerpo que grita por sentirse más libre de aquello que contengo o sujeto.
Deseando, buscando, anhelando, atreviéndome, con compasión y mirada amable, dejando sentir y suceder lo que ocurre sin buscar.
Dejando salir lo que llega, levantando la cabeza y abriendo los ojos para VerME